jueves, septiembre 06, 2007

6 de Septiembre de 2007

DIARIO DE FERROL

El "Chilreu" regresó a Ferrol tras su campaña de apoyo a la flota bonitera
El patrullero "Chilreu" regresó el pasado domingo a la base naval de Ferrol tras haber finalizado su participación en la campaña del bonito 2007 en apoyo a la flota española, que faena en diversos caladeros atlánticos existentes entre el norte de las Azores y el sur de Irlanda.

REDACCIóN > FERROL


La Armada Española informó en un comunicado que en el desarrollo de su cometido el buque prestó numerosas asistencias de carácter sanitario, técnico y de buceo, aunque sin precisar su número y pormenores.

El "Chilreu" permaneció 34 días fuera de su base, durante los cuales realizó una escala en el puerto de Cork (Irlanda) entre el 17 y el 19 de agosto. Su dotación está compuesta por 44 hombres y mujeres, entre los que se encuentran un médico, una enfermera y dos buceadores, además de un inspector de la Secretaría General de Pesca Marítima.

El "Chilreu" ha sido relevado este mes por el patrullero "Arnomendi"; con anterioridad, el "Alborán" -durante el mes de junio- y el "Tarifa" -en julio- apoyaron esta campaña.


DIARIO DE FERROL

LA CONTRAPORTADA:
El Tercio Norte se pone en forma

Decenas de máquinas de entrenamiento y un cuidado acondicionamiento han reconvertido un antiguo hangar en el nuevo gimnasio del Cuartel de Dolores. Sin nada que envidiar a los de la calle, el Ternor (acrónimo de Tercio Norte) Gym se ha convertido en punto de encuentro para la práctica totalidad de la dotación del cuartel.

REPORTAJE DE ROCíO PITA PARADA

Allí se entrenan a diario tanto quienes practican su deporte favorito -fútbol, baloncesto, balonmano, voleibol y hasta levantamiento de pesas- como quienes por voluntad propia o porque no les queda más remedio desean estar en forma. Desde el coronel hasta el último soldado deben superar semestralmente unas pruebas de aptitud física a que obliga el Ministerio de Defensa. Por ello, el jefe del Tercio Norte, Juan Feal Vázquez, considera este gimnasio una necesidad para su cuartel.

El destartalado local en el que antes se disponían viejos aparatos de entrenamiento ha dejado lugar a un amplio local con oficina, almacén y sala de ejercicio con decenas de equipos para entrenamiento aeróbico y cardiovascular, con cintas andadoras, bicicletas estáticas, aparatos de remo, de musculación, etc, un equipamiento en el que el Tercio destinó en su última aportación para este fin 12.000 euros. Y eso sin contar con el coste del pintado y acondicionamiento interior. Todo ello ha costado, dice el coronel, medio en broma medio en serio, "sangre, sudor y lágrimas". La colaboración del personal del Tercio ha conseguido rebajar los costes de pintado y adecentamiento de un hangar dedicado anteriormente a resguardar vehículos, en una labor iniciada antes del verano y concluida recientemente. De la parte final de la decoración del Ternor Gym se encargó un joven de 15 años que pintó graffitis sobre diferentes especialidades deportivas en los muros del local.

Todo el esfuerzo, dicen, ha valido la pena y el gimnasio es continuamente visitado -su horario es ininterrumpido- por los infantes de Marina que han dejado de recurrir a los gimnasios privados.


LA VERDAD DE CARTAGENA

Varios militares sufren contusiones en el accidente ocurrido en la puesta a flote del 'Tramontana'
G. MÁRMOL/CARTAGENA

Lo que ayer iba a ser una maniobra rutinaria en el astillero de Navantia estuvo a punto de convertirse en un accidente con graves consecuencias para la dotación del submarino Tramontana (S-74). Al menos tres de sus marinos sufrieron heridas leves debido al golpe que el barco dio contra el dique con el que era puesto a flote tras terminar la obra de renovación de su carena. El submarino cayó de la cama, rompió amarras y salió disparado hacia el muelle del antiguo Club de Regatas, con el que estuvo a punto de chocar. Durante cinco minutos fue un objeto flotante de 1.700 toneladas de peso a la deriva.

El barco, imposible de gobernar porque aún no tiene operativos los motores, pudo ser aguantado por dos barcas empujadoras del Tren Naval del Arsenal cuando había navegado a la deriva unos trescientos metros y su popa estaba a punto de impactar contra el cantil del muelle del recientemente reconstruido club, en la zona del puerto que se conoce como mar de Mandarache.

Una portavoz de Navantia calificó el incidente de «percance» y aseguró que no había heridos por el «desplazamiento» del barco durante los trabajos para ponerlo a flote. Sin embargo, fuentes de la Armada consultadas por La Verdad informaron de que al menos tres marinos sufrieron contusiones al caer en el interior de la nave cuando ésta rompió las estachas y golpeó el dique sobre el que descansaba. El estruendo se escuchó en todo el puerto. El Tramontana tendrá que ser varado esta mañana para valorar los daños sufridos por lo menos en la hélice y el timón.

Mala maniobra

La primera hipótesis que barajan los técnicos de la Marina es que el sumergible rompió las cuerdas de sujeción por una mala maniobra de los operarios de Navantia que debían controlar el hundimiento progresivo en el mar de la cama flotante sobre la que descansaba. Aunque tampoco se descarta un fallo en alguna de las bombas que la llenan de agua de manera proporcionada. «Lo que es cierto es que dique se hundió más de un lado y con el peso del barco, éste rompió las estachas y salió disparado de popa en dirección al club. Igual que cuando se bota un barco, pero sin control», explicaron fuentes del Arsenal.

En círculos militares destacaron la tranquilidad con la que la dotación del buque afrontó el accidente y la pericia de los patrones de los pequeños remolcadores que ayudaron a frenar al Tramontana cuando su proa apuntaba al edificio que fue en club náutico. «Menos mal que en esos momentos no salía o entraba ningún barco al Arsenal, porque habrían chocado seguro», opinaron militares testigos del accidente.

EL DIARIO DE CÁDIZ

Tres muertos y cinco desaparecidos al naufragar un pesquero de Barbate

07:14 FRANCISCO SÁNCHEZ ZAMBRANO. BARBATE. Tres marineros de Barbate perdieron ayer la vida y otros cinco seguían desaparecidos al cierre de esta edición tras el naufragio en aguas cercanas al Estrecho de Gibraltar del pesquero Nuevo Pepita Aurora, que regresaba al puerto barbateño después de faenar en el caladero marroquí. Otros barcos pesqueros que navegaban por las cercanías y patrullas de salvamento desplazadas hasta el lugar lograron rescatar con vida a ocho de los 16 miembros de la tripulación.

Los tres fallecidos resultaron ser Manuel Corrales Orive, Antonio Miguel Gil Guerra y Manuel Fernández Fernández. La lista de desaparecidos, sobre los que hoy se reanudará la búsqueda, está compuesta por Manuel Reyes Moreno, Andrés Lucio Groslán, Manuel Alba García, Francisco Clac Caballero y Manuel Biela Sánchez.

Los ocho supervivientes son José Vega Camacho –patrón y armador del barco– José Crespo Brenes, Bienvenido Notario, Francisco Columé Iglesias, Pedro Fernández Romero, Javier Crespo Brenes y los marroquíes El Mofadda Aarab y El Boukhari Mohamed.

El fuerte temporal de Levante que reinaba ayer en el Estrecho, con vientos cercanos a los 100 kilómetros por hora, se presume como la causa más lógica del naufragio, que tuvo lugar a las dos de la tarde, aproximadamente, a unas 14 millas náuticas al sureste de Barbate, es decir, a unos 27 kilómetros. A esa hora, un golpe de mar dio de lleno en un costado del barco, provocando su vuelco. El Nuevo Pepita Aurora quedó boca abajo, con la quilla visible sobre la superficie.

El amplio dispositivo de salvamento puesto en marcha nada más conocerse el accidente, coordinado desde Tarifa Tráfico, se vio también perjudicado por el fuerte viento. Tanto que los equipos de buceo llegados al lugar se veían imposibilitados para acceder al interior del pesquero, donde se temía que estuvieran los cuerpos sin vida de los cinco desaparecidos.

El Nuevo Pepita Aurora zarpó de Barbate el martes. Tras estar toda la madrugada faenando frente a las costas de Larache, el pesquero emprendía en la mañana de ayer el viaje de regreso a Barbate con una amplia carga de boquerones.

Su entrada en el puerto estaba anunciada para las tres y media de la tarde pero a las dos, y tras varios avisos previos del temporal, una ola tumbaba al barco y arrojaba a la mar a parte de la tripulación. Los supervivientes temían que quienes no pudieron abandonar el pesquero fueran los miembros de la tripulación que a la hora del naufragio se encontraban o descansando en sus literas o en otras dependencias interiores.

El primer aviso de lo sucedido lo dio a las dos y media de la tarde el Moby Dick, un pesquero con base en Almería. Su llamada de alerta permitió activar un dispositivo de rescate que se desplegó por mar y por aire y en el que participaron efectivos de Salvamento Marítimo, de la Guardia Civil y de la Armada Española, junto a otros pesqueros como el Benamahoma, el García Lara o el ya mencionado Moby Dick. También se personaron sendos equipos de buceo, uno de Salvamento Marítimo a bordo del remolcador Don Inda, que partió desde Algeciras, y otro de la Guardia Civil que salió de Cádiz en un patrullero.

El objetivo primordial de estos equipos de rescate era garantizar, por medio de grandes boyas, que el casco del barco naufragado permaneciera a flote, algo complicado debido al mal estado de la mar, para facilitar el acceso de los buceadores a su interior.

Mientras este dispositivo se desarrollaba, a las cinco menos veinte de la tarde atracaba en el puerto de Barbate el Benamahoma, con siete supervivientes a bordo. No sería hasta dos horas después cuando, a bordo del Moby Dick, llegaron un superviviente más y los dos primeros cadáveres, a los que se sumó por la noche un tercero. El dispositivo de rescate se suspendía anoche y estaba previsto que se reanudara hoy.

Tomás Pacheco: “Una revisión médica impidió que yo estuviera en ese barco”
Entre las caras de angustia, incertidumbre y desolación que se desparramaban ayer en el puerto y en la lonja de Barbate casi destacaba la de Tomás Pacheco, marinero del Nuevo Pepita Aurora, al que una sencilla revisión médica le impidió zarpar con sus compañeros el pasado martes rumbo a Larache, al tan anhelado caladero marroquí.

El accidente de moto que sufrió el pasado fin de semana, posiblemente, le había salvado la vida, aunque la segunda oportunidad ofrecida por el destino casi ni le servía como consuelo ante la pérdida de sus compañeros y amigos, “casi una familia”, formada mano a mano en la mar durante los cinco años que ha durado su trabajo a bordo del pesquero. Compungido, entre sollozos de alma, y aún aguardando con avidez las noticias a pie de muelle, el marinero barbateño admitía que “el que se queda en el mar en un accidente de este tipo, tiene muy difícil salir arriba”. “Es muy difícil superar una caída al mar”, lamentaba negando con la cabeza el marinero de 39 años al pensar en la suerte que habrían corrido sus compañeros aún desaparecidos en la oscura noche barbateña.


3 comentarios:

MORGANA dijo...

el mar, la mar, siempre intenta retenerte.
Besos y que tengas un hermoso finde.

Javier dijo...

Que pases tu también un hermoso finde, morgana. Gracias por tus deseos.

Anónimo dijo...

Javier:

Estimado amigo, nuevamente un gusto personal el de llegar al puerto del "Mar de Papel" y encontrarme como siempre con "buenas nuevas". No obstante que algunos sean noticias o reportajes en cierta medida "locales", no dejan de ser importantes, sobre todo porque son muy útiles para acrecentar mi conocimiento, y por otro lado sirven para saber que es lo que ocurre por esos mares.

Seguimos como siempre en contacto y más adelante volveré a desembarcar en tu puerto.

Saludos desde México.

Posdata: ...y también muchas “Gracias”!!! por seguir acrecentando al personal asignado a la "Escuadrilla de Sirenas” (Sayuki Matsumoto)