lunes, enero 26, 2009

26 de Enero de 2009

LA VOZ DE GALICIA

El «Elcano» afronta su 80.º crucero abriendo sus camarotes a la prensa

Al concluir la travesía, los guardiamarinas habrán aprendido incluso a navegar observando los astros

Dos periodistas de La Voz acompañaron a los alumnos de la Escuela Naval de Marín desde Cádiz hasta Tenerife

Autor:
López Penide
Fecha de publicación:
25/1/2009
Fue una imagen espectacular. El pasado 10 de enero, decenas de embarcaciones, entre las que se hallaban varios patrulleros de la Armada, escoltaron al Juan Sebastián de Elcano en su despedida del puerto de Cádiz. Comenzaba su octogésimo crucero de instrucción, una travesía que lleva a 34 guardiamarinas -5 de infantería de marina y 29 del cuartel general-a diez puertos americanos y de la que fue testigo de excepción La Voz de Galicia.

Por primera vez en 20 años, el buque abría sus camarotes a la prensa, y dos reporteros de este diario vivieron a bordo los seis días de navegación hasta la primera escala, Tenerife, acompañando a los alumnos de la Escuela Naval de Marín.

Antes de partir del puerto gaditano, estos asistieron en la iglesia del convento de Santo Domingo a una misa presidida por la Virgen del Rosario, más conocida como La Galeona y que ha acompañado al Elcano en cinco vueltas al mundo. Posteriormente, y después de que la dotación del buque escuela se despidiese de allegados y familiares, la embajada flotante puso rumbo hacia las islas Canarias.

El día a día de los guardiamarinas es un compendio de estudios, prácticas, maniobras militares y guardias. La diana es a las siete de la mañana. Cuando ni siquiera el sol ha despuntado, empieza una jornada que dedica sus primeras horas a los libros, con asignaturas que van desde la navegación o la meteorología hasta la táctica y operaciones anfibias. Todo ello con el objetivo de formarse como oficiales de la Armada y ser «un ejemplo militar», según subraya el capitán de corbeta y jefe de estudios Jesús Manso Porto.

Desechando tópicos

Los alumnos compaginan su formación académica, como futuros oficiales, con las guardias. Esto último les permitirá conocer de primera mano los diferentes puestos y responsabilidades.

Frente a la extendida creencia de una vida desahogada y placentera, se mojan... y mucho. Ya no solo se trata de las guardias, sino que también deben participar en las maniobras. Es el caso de la general, que implica desde subirse a los palos para recoger o extender las velas hasta tirar de toda clase de cabos, y todo para conseguir virar o, simplemente y dependiendo de las condiciones meteorológicas, izar o arriar el velamen. «Es el equivalente al zafarrancho de combate» en otros buques, matizó el alférez de navío Javier Ferrao.

En este marco, antes de fondear en cualquiera de los once puertos, diez de ellos en el continente americano, los guardiamarinas, divididos en grupos, deberán preparar y presentar en público sendas charlas de carácter cultural y turístico sobre la localidad en cuestión, así como describir la derrota o rumbo que el bergantín debe seguir al llegar al puerto. Ambas conferencias, en alguna de las escalas, se completan con una tercera, de carácter profesional, que versará sobre cuestiones tan dispares como actuales: amenazas NBQR -anagrama de nucleares, bacteriológicas, químicas y radiológicas-, la piratería marítima o la guerra de la información, pero sin dejar de lado la historia española o la situación económica por la dependencia del petróleo.

Charlas en inglés

Las charlas en los puertos tienen la dificultad añadida de que, excepto la de Tenerife, deben ser en inglés. Las clases continúan por las tardes. No se descuidan otros aspectos, como la educación física o las observaciones meteorológicas y astronómicas -tienen que saber navegar empleando los más modernos sistemas, pero también observando los astros-.

Ni siquiera se salvan los fines de semana. Aunque la presión, por decirlo de alguna manera, es menor, todos son conscientes de que para sacar adelante el curso no se pueden descuidar ni sábados ni domingos.

DIARIO DE CÁDIZ

La fragata 'Victoria' zarpa para "luchar contra la piratería" en aguas de Somalia

El buque de la Armada Española partió en la tarde de ayer desde la Base Naval de Rota con 210 militares a bordo · Se sumará a la operación Atalanta de la UE frente a las costas del país africano

F. Javier Franco / Rota | Actualizado 24.01.2009 - 05:01

La fragata F-82 Victoria, de la Armada Española, zarpó ayer por la tarde de la Base de Rota rumbo a Somalia para formar parte de la operación naval Atalanta, de la Unión Europea, cuya misión es "luchar contra la piratería" frente a las costas del país africano. En la mañana de ayer, el Consejo de Ministros acordó la participación de unidades militares españolas en esa intervención comunitaria, después de que el pasado miércoles el Congreso de los Diputados aprobara autorizarla.

Los militares a bordo de este buque de la Armada suman 210, de los cuales 180 pertenecen a la dotación de la propia fragata y el resto a la unidad aérea embarcada y a un equipo de Infantería de Marina especializado en misiones de seguridad. Proceden de buena parte de las comunidades autónomas del Estado, entre ellas Andalucía, pero también los hay de otros países, en concreto, Colombia, Ecuador, Guinea y Perú. De la cifra global de militares, 40 son mujeres.

Además de España, en la operación Atalanta participan Francia, Reino Unido, Alemania, Países Bajos y Grecia, a los que podrían unirse otros países en el futuro. Iniciada el pasado 8 de diciembre, se trata de la primera misión de estas características que organiza y dirige la Unión Europea. España asumirá en abril el mando sobre los 1.000 militares europeos destinados a las costas de Somalia.

Hasta entonces, precisamente permanecerá en esa zona del Océano Índico la fragata Victoria, que lleva dos helicópteros SH-60B Seahawk. Completan las fuerzas militares españolas en estos tres primeros meses un avión P-3 de patrulla marítima y oficiales asignados a los diferentes cuarteles generales. En total, 277 efectivos.

Posteriormente, en la denominada "segunda rotación", España intervendrá con el petrolero de flota Marqués de la Ensenada, que prestará apoyo logístico a los barcos de la agrupación. Relevará a la Victoria la fragata Numancia. Ambas pertenecen a la llamada Clase Santa María, conformada por seis buques que constituyen la 41ª Escuadrilla de Escoltas de la Armada con base en Rota.

Horas antes de la salida de la fragata, al final de una mañana de lluvia y viento, subieron a bordo el almirante general jefe del Estado Mayor de la Armada (Ajema), Manuel Rebollo García, y el almirante de la Flota, Juan Carlos Muñoz-Delgado y Díaz del Río.

El primero de ellos dirigió unas breves palabras de ánimo a los militares presentes en clave de despedida. A continuación, recorrió diversos puestos de la fragata, donde algunos profesionales embarcados le explicaron las características del trabajo que realizan en el navío.

La fragata Victoria está bajo el mando del capitán Fernando Poole Quintana desde el pasado mes de octubre. Nacido en Vigo (Pontevedra) en 1962, es diplomado en Guerra Naval y Estado Mayor. Ha estado destinado en la Jefatura de Órdenes de la 41ª Escuadrilla de Escoltas, en la sección de operaciones del Estado Mayor de la Armada, en la sección de planes del Estado Mayor de la Flota, en la división de planes del Estado Mayor Conjunto y en la división de inteligencia del Estado Mayor Militar de la OTAN en Bruselas.

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