lunes, junio 27, 2011

27 de Junio de 2011

LA VOZ DE GALICIA

Los talibanes reventaron el blindado con una mina de máxima potencia

Los militares fallecidos tenían 31 y 34 años, y el gallego Roi Villa está entre los tres heridos

Enrique Clemente, L. penide
redacción / la voz
27/6/2011

La guerra de Afganistán se sigue cobrando vidas españolas. Ya son 96. Los talibanes han recrudecido su ofensiva y utilizan explosivos cada vez más potentes. Dos militares resultaron muertos y otros tres heridos ayer tras la explosión de un potente artefacto explosivo, de al menos 20 kilos, al paso del blindado Lince en el que circulaban y que formaba parte de un convoy de siete vehículos que efectuaban una patrulla de reconocimiento en la peligrosa ruta Lithium.

El atentado tuvo lugar a unos 20 kilómetros al norte de Qala-i-Naw, la mayor base española en Afganistán. La mina de presión explotó al ser pisada por el Lince y la onda expansiva alcanzó de lleno a los dos fallecidos, que murieron en el acto. Son el sargento Manuel Argudín Prieto, de 34 años, casado y con dos hijos, natural de Gijón, y la soldado Niyireth Pineda Martín, colombiana, de 31 años y con un hijo, pertenecientes al Regimiento de Infantería Soria número 9, el batallón más antiguo del Ejército, que tiene su sede en Fuerteventura.

Uno de los heridos es el cabo de Vilagarcía de Arousa Roi Villa Souto, de 26 años, que sufre fracturas en ambas piernas, y que realizaba su primera misión internacional con el citado regimiento canario, ya que hace un año solicitó su traslado desde la Unidad Militar de Emergencias de San Andrés de Rabanedo (León). Roi Villa tiene una hija recién nacida en Vilagarcía, donde viven también su novia, su padre y un hermano.

Los otros dos heridos son los soldados Rubén Velázquez, de 20 años, de Las Palmas, que tiene diversas contusiones, y Jhony Alirio Herrera, de 28 años, natural de Bogotá, con fracturas en piernas y posible de brazo. No se teme por la vida de ninguno de ellos.

Las primeras investigaciones apuntan a que podría tratarse de la mayor carga explosiva utilizada contra las tropas españolas. Incluso superior a los 20 kilos empleados el pasado 18 de junio en el atentado que hirió a cinco militares, dos de los cuales quedaron mutilados. «Hace una semana salvaron la vida, hoy, por desgracia, no», señaló Chacón en su comparecencia, que hace ocho días había dicho que el blindaje antiminas del Lince había evitado un «mal mayor». La ministra aseguró que los dos atentados confirman que la misión en Afganistán es «la más dura, la más compleja y la más arriesgada» de las Fuerzas Armadas y señaló que los blindados de los soldados son «de última generación, especialmente preparados» para afrontar este tipo de cargas explosivas. Reconoció que estamos en la «etapa de mayor riesgo» y que se han extremado las medidas de seguridad desde mayo. La ministra viajó ayer mismo a Afganistán.

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