lunes, febrero 03, 2014

3 de Febrero de 2014

LA VANGUARDIA


El barco se sumará a los efectivos de la Navy tiene ya en las aguas que rodean el Peñón

Internacional | 02/02/2014 - 14:15h | Última actualización: 02/02/2014 - 14:18h

ALGECIRAS (CÁDIZ) (EUROPA PRESS) El destructor de la Royal Navy HMS Diamond ya se encuentra en Gibraltar para reforzar la presencia de la Armada Británica en la colonia.
El diario de la roca 'Gibraltar Chronicle' anunció, en su edición del pasado viernes, la llegada de la embarcación que este domingo se ha hecho efectiva.
Fuentes conocedoras del conflicto también han confirmado a Europa Press que estaban "pendientes de la llegada" aunque no dan mayor relevancia al asunto.
El barco se sumará a los efectivos de la Navy tiene ya en las aguas que rodean el Peñón y con ello intentarán evitar lo que, desde el gobierno de Fabian Picardo, se entienden "incursiones de las patrulleras españolas" en la zona.
En los últimos tiempos han sido varios los movimiento que han tenido lugar en el entorno de la Bahía de Algeciras (Cádiz) relacionados con la armada británica y su presencia en el entorno para dejar claro su apoyo a Gibraltar.
El HMS Diamond permanecerá una semana en el entorno de la Roca antes de partir hacia el Golfo Pérsico.

LOS ANDES


El hombre había zarpado en diciembre de 2012 desde la costa del Pacífico mexicano, junto a otra persona que murió en la odisea.

Edición Impresa: lunes, 03 de febrero de 2014

AFP
El náufrago mexicano que afirmó haber estado a la deriva durante varios meses en el Océano Pacífico hasta llegar a un pequeño atolón de las Islas Marshall, comenzó ayer un largo periplo de regreso a su país.

Quien se identificara como José Iván fue recogido ayer en el apartado atolón coralino de Eban, al sur del archipiélago, por una lancha patrullera de la Armada local que lo trasladaba en la jornada hacia la capital Majuro, donde será sometido a exámenes médicos antes de comenzar los trámites necesarios para su repatriación.

"¡Quiero regresar a México!", dijo José Iván a la intérprete Magui Vaca en su primer diálogo por radio con una persona de habla española, tras haber estado más de un año a la deriva en una pequeña embarcación de fibra de vidrio de 24 pies (unos 7 metros) de eslora, cuyos motores se quedaron sin hélices.

"¡Me siento mal!", señaló el náufrago a Vaca refiriéndose a su estado físico y mental. "Estoy muy lejos. No sé dónde estoy, ni qué fue lo que pasó", añadió. José Iván explicó que había zarpado de México el 24 de diciembre de 2012 para pescar tiburones, por lo que el tiempo que estuvo perdido en altamar sería de poco más de 13 meses y no los 16 que se mencionaron en un principio, tras ser rescatado el jueves.

Por el momento, no han quedado claros los motivos por los que quedó a la deriva ni tampoco cómo murió, meses atrás, un hombre que lo acompañaba en la embarcación. Según Vaca, José Iván se encuentra muy confundido y no puede decir qué ocurrió durante estos meses pasados en pleno océano. 

"Se siente un poco desesperado y quiere volver a México, pero no sabe cómo", agregó la intérprete. Cuando dos habitantes del atolón Eban lo rescataron del mar, el jueves, vestía solamente un calzoncillo hecho jirones, tenía el cabello muy largo y barba abundante, y no podía caminar por sus propios medios. El náufrago explicó mediante dibujos que sobrevivió comiendo tortugas, aves y peces que atrapaba con sus manos, y que bebía la sangre de los quelonios cuando no llovía.

"Ha sido difícil poder comunicarnos", había dicho el sábado por teléfono Ione de Brum, alcaldesa del pequeño atolón Eban, con quien José Iván intercambió dibujos.Vaca, por su parte, se encontraba a bordo de un yate en Majuro, a unas 200 millas marinas (unos 320 kilómetros) al norte de Ebon, y se comunicó por radio con José Iván antes de que éste se embarcase en la patrullera que lo trasladaba hacia la capital, en un viaje con una duración estimada de unas 18 horas.

El secretario de Relaciones Exteriores del archipiélago, Gee Leong Bing, había adelantado que en cuanto José Iván llegase a la capital se procedería a verificar sus datos, y se contactaría a las autoridades mexicanas para comenzar el proceso de repatriación. 

La Autoridad Nacional de Telecomunicaciones de Islas Marshall (NTA) se coordinó con responsables del Mieco Beach Yacht Club del archipiélago para establecer el contacto radial entre Vaca y José Iván, quien por primera vez en varios meses pudo mantener una conversación inteligible con otra persona. El sábado, el único teléfono que hay en el atolón Eban, que cuenta con unos 700 habitantes, quedó fuera de servicio, y en el islote coralino no hay servicio de Internet.

Entre México y las Marshall, en Micronesia, un poco al norte del ecuador terrestre, hay más de 12.500 km de distancia. En toda esa extensión en el Océano Pacífico prácticamente no existen islas, y así como el náufrago llegó a Ebon hay más de 1.000 km de mar abierto en los que al azar podría haber desembarcado en Papúa-Nueva Guinea o en las Islas Salomón. 

Se han registrado casos similares de supervivencia en altamar. El 9 de agosto de 2005, tres pescadores mexicanos partieron de un puerto de la costa del Pacífico en su país y, tras quedarse sin gasolina y averiarse su motor, fueron arrastrados por las corrientes mar adentro.

Más de nueve meses después fueron rescatados por un atunero taiwanés frente a las Islas Marshall. Sobrevivieron comiendo pescados y aves crudos y bebiendo el agua de lluvia que almacenaban en el fondo de su bote, apoyándose moralmente en la lectura de La Biblia.

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