miércoles, marzo 26, 2014

26 de Marzo de 2014

EL FARO DIGITAL


LOCAL 26 MARZO 2014 OLAV ORTS

La Armada Española, en colaboración con la Autoridad Portuaria, inauguró ayer, 60 años después de la tragedia, un monumento de homenaje ubicado en el Muelle España

En un enclave privilegiado, en plena rotonda del Muelle España, a los pies del edificio de la Autoridad Portuaria y a la vera del agua que abraza Ceuta, los hombres que perdieron la vida durante el hundimiento hace sesenta años del dragaminas ‘Guadalete’ así como los supervivientes, siete de ellos presentes ayer en la ciudad, ya tienen un monumento que les recordará por siempre.

De tal manera, la Armada Española inauguró a mediodía el citado monumento dentro de una solemne ceremonia que fue hermosa de principio a fin y profundamente emotiva y que asimismo contó con la presencia del almirante de la Flota, Santiago Bolíbar, quien presidió el acto, del presidente de la Autoridad Portuaria, José Torrado, del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y, en definitiva, de un extraordinario elenco de autoridades civiles, castrenses y eclesiásticas. Y por supuesto de numerosos familiares de los siete supervivientes que, al borde del llanto, o directamente dando rienda suelta a las lágrimas, presenciaban in situ el homenaje.

Flotaba en el ambiente de todos lo que aconteció hacía ayer justo sesenta años, una tragedia que accedió directamente a los anales de la historia marítima y militar de nuestro país y que cuenta con un fiel testigo, esta Casa, pues El Faro de aquella época contó con detalle todo lo que estaba sucediendo en la ciudad, despliegue que se puede descubrir accediendo a la hemeroteca: La noche del 24 al 25 de marzo de 1954 zarpó de Ceuta, donde tenía su base, el buque dragaminas Guadalete para realizar un servicio de vigilancia entre este puerto y el de Melilla. La dotación era de cuatro oficiales, diez suboficiales, trece cabos y cincuenta y un marineros. A causa de un fuerte temporal de levante y después de doce horas de lucha de su dotación por salvar el buque, se hundió la tarde del 25 de marzo de 1954 a unas 30 millas al sur de Marbella, muriendo 34 hombres de los 78 tripulantes.

Con este recuerdo, el Muelle España de la Autoridad Portuaria de Ceuta se vistió ayer de sus mejores galas, una postal de fraternidad en cuyo fondo destacaba el patrullero de altura ‘Vencedora’, que llegó en la mañana del lunes a Ceuta y que ha podido ser visitado, hasta la tarde noche de ayer, por numerosos vecinos. El mismo lunes, tuvo lugar asimismo el primer acto de homenaje por el ‘Guadalete’: la conferencia que, en el precioso marco del Casino Militar, dio el capitán de Navío Luis Mollá Ayuso.

 De vuelta a la ceremonia celebrada ayer, es preciso señalar que la misma siguió una perfecta, por austera y elegante, secuencia, en la que además se dio espacio a que José Manuel González, deán de la Catedral, bendijera el monumento y diera gloria eterna a los caídos por la patria.

También a los presentes el vello de punta el instante en que por el ambiente fueron silvando los hilos musicales del himno de la Armada Española, todo ello con las banderas ondeando a media asta por el luto oficial que nuestro país vive tras el fallecimiento de Adolfo Suárez, recordado por el almirante de la Flota, Santiago Bolíbar, durante su alocución, palabras que fueron la antesala de las que asimismo pronunciara acto seguido el presidente de la Autoridad Portuaria de Ceuta, José Torrado, figura capital para que se llevara a cabo el homenaje, como así se lo reconocieron las autoridades presentes.

En este sentido, es preciso señalar que durante los últimos años se han publicado, principalmente en Ceuta, varios artículos sobre el ‘Guadalete’ que demandaban algún tipo de conmemoración pero no ha sido hasta ahora, al cumplirse el aniversario número sesenta, cuando la Armada ha podido organizar estos actos conmemorativos que coinciden con la iniciativa del Puerto de Ceuta de erigir un recuerdo permanente en sus muelles.

El buque dragaminas ‘Guadalete’,  era el quinto dragaminas de la clase ‘Bidasoa’. Esta clase de buques fueron los primeros dragaminas con que contó la Armada Española, construidos y rediseñados por la Dirección de Construcciones Navales de la Armada, según diseño de los años 40 de la Marina Alemana.
El ‘Guadalete’ fue construido en los astilleros ferrolanos y botado en 1944, siendo entregado a la Armada en 1946. En sus inicios entró a formar parte de la 2ª Escuadrilla de Dragaminas con base en Cádiz. Posteriormente fue trasladado a la 3ª División de la Flota, y empezó a realizar misiones de vigilancia en las costas del Protectorado del Norte de África con base en Ceuta.

Tenía un desplazamiento de 585 toneladas, medía 62 metros de eslora, y su  dotación era de unos ochenta hombres. Disponía de dos máquinas alternativas y dos hélices con 2.400 caballos de potencia y una velocidad de 16,5 nudos. Tenía una autonomía de 3.000 millas a 10 nudos. Armado con un cañón de 88 mm, un montaje doble de ametralladoras de 37 mm y dos ametralladoras antiaéreas de 20 mm, en montajes simples. Podía llevar hasta doce cargas de profundidad, además de los equipos de rastreo de minas de la época.

A causa de un fuerte temporal de levante y después de doce horas de lucha de su dotación por salvar el buque, se hundió la tarde del 25 de marzo de 1954 a unas 30 millas al sur de Marbella, muriendo 34 hombres de los 78 tripulantes, como ha quedado mencionado anteriormente. El  mercante italiano ‘Podesta’ recogió del agua y llevó a Algeciras a tres oficiales, seis suboficiales y 35 marineros. 

A la mañana siguiente el destructor Ciscar encontró a siete cadáveres flotando en el mar. Posteriormente, como prueba de reconocimiento por su ejemplar conducta y los esfuerzos realizados para salvar el buque se le concede a cada miembro de la tripulación la Cruz del Mérito Naval con distintivo rojo, estando siete de ellos presentes en un homenaje que materializa lo que en sesenta años ha sentido la ciudad: admiración por unos héroes inmortales.

“Los marinos no se echan atrás nunca”

“Es un acto muy emocionante y merecido. Aplaudo el gesto que han tenido la Autoridad Portuaria y la Marina, que ha prestado un apoyo notable. Se trata de simbolizar la actitud de entrega, de cumplimiento del deber, de amor a España de los integrantes del ‘Guadalete’. Era un día de mal tiempo pero había que salir para cumplir con el deber, los militares y marinos son personas que nunca se echan para atrás. El mar en Ceuta nos da muchas satisfacciones pero a veces nos trae disgustos, como esta tragedia”.

“La Armada se une al dolor por la muerte de Suárez”

“La Armada se une al dolor de toda España por Suárez y honra también a los compañeros del Ejército del Aire recientemente fallecidos en cumplimiento del deber que, como nuestros compañeros del ‘Guadalete’, el mar se los ha llevado.  Hoy se cumplen sesenta años de un triste suceso que acaeció en aguas del Estrecho, muy cerca de donde nos encontramos, aquí, en la espléndida ciudad de Ceuta; avivamos el recuerdo de los marinos con este monumento. El mar estaba muy mal pero la orden era salir y el español no se acobarda, tiene valor reconocido y los 78 miembros afrontaron la misión con voluntad y heroicidad”.

“Los hombres de la Armada se juegan la vida por España”

“Es para el Puerto de Ceuta un honor recibir a la Armada Española y demás autoridades en un día tan significado. Los hombres y mujeres de la Armada Española se juegan día a día la vida y el beneficio de su labor lo disfrutamos todos. Con este homenaje queremos recordar siempre a los integrantes del ‘Guadalete’. El monolito de hormigón de esta Ciudad y el ancla quieren simbolizar la unión que a lo largo de estos años ha tenido Ceuta con el dragaminas ‘Guadalete’. Nos consta la lucha que tuvieron los hombres del Guadalete, tenemos aquí a parte de su dotación, a la que me dirijo para decirle gracias por el ejemplo”.

“Los sistemas de navegación de la época, escasos”

“En el trascurso del tiempo, se quedaron sin suministro eléctrico y sin una caldera primero y, cuando ya iban a llegar al estrecho que nunca alcanzaron, sin la otra. Hay que tener en cuenta la dificultad de enviar otro buque para auxiliarlo, no solo por el temporal que había, si no también debido a que el propio temporal y los deficientes sistemas de navegación de la época, no permitían determinar una situación medianamente precisa de a donde tenían que ir”.

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