miércoles, abril 29, 2015

Un sistema decimonónico para compartir información meteorológica a nivel mundial


 Adolphe Quételet, presidente de la primera Conferencia internacional marítima para el establecimiento de un sistema uniforme de observaciones meteorológicas en el mar 
Pido disculpas por adelantado por lo errático de mi escritura en el tema que voy a tratar hoy, mas Clío es caprichosa, no digamos ya cuando quiere susurrar pequeñas historias. Y, hecha la advertencia, continuemos.

Desde hace poco más de una década, el desarrollo tecnológico de la Red de comunicaciones (Internet) nos ha obligado a ir incorporando a nuestro léxico una serie de variopintos términos más o menos exóticos. Uno de los más destacados, quizá ahora un poco pasado de moda, hace referencia a esta propia página: “blog”, que no es más que un acrónimo de “web log”. 

De aquella, aún nos esforzábamos por "transportar" a nuestra rica lengua esos términos; ahora vamos a lo fácil, como es de esperar, pues vivimos tiempos de exasperante mediocridad: lo dejamos tal cual en inglés. Y cuando uno se daba de alta en aquellos jóvenes servidores de blogs, las páginas que se abrían (simples muros con cuatro plantillas aberrantes por su sosería) eran denominadas “cuadernos de bitácora”, razón por la que durante años tuve la inamovible convicción de que blog era un acrónimo de “binnacle’s log”. Más equivocado no podía estar.

Pero mi intención, la que me lleva a soltar toda esta parrafada, no es hablar de los cuadernos de Internet, sino de aquellos que se guardan en la bitácora y su relación con los apuntes meteorológicos y cómo compartirlos, de esos ship’s log que recogen todas las observaciones e incidencias (en teoría) que suceden a bordo de una nave; y lo haré, como he dejado caer, en retrospectiva meteorológica.

Gracias a todos los palos que toco, he tenido la suerte de poder leer varios cuadernos de bitácora, siempre estadounidenses y con setenta años como mínimo en las tapas. En EEUU no hay pudor pendenciero que les obligue a guardarse los archivos para que el moho se los despache; pero, ciertamente, las anotaciones con las que se encuentra uno no son tan extensas como le gustaría. Muchas veces no se pasan de la indicación de coordenadas o del paso cercano de una isla, entrada y salida de puertos y para de contar. Para encontrar algo “jugoso” hay que echarle horas, incluso cuando lo que tenemos son los cuadernos de un buque de guerra que, al menos en el caso americano y en tiempos de conflicto, se dividen en bitácora y diario de guerra (no confundir con el de navegación).

Redacciones erráticas y caprichosas por las que no arrastran a nadie a sorpresa cuando se tiene conocimiento de que hubo un tiempo en el que no se alcanzaba la más mínima unanimidad a la hora de establecer las pautas de los cuadernos y qué puntos había que reseñar más allá de lo mínimo indispensable y lógico*1; y fue una necesidad científica la que trató de encontrar un punto de entendimiento para el mayor desarrollo de la observación y navegación marítimas.

La publicación “La Marina Española”, de 6 de Noviembre de 1867, encabezó un artículo con el título “Los nuevos cuadernos de bitácora”. En este mismo, se nos hace referencia de una conferencia multilateral celebrada catorce años atrás a instancias del Gobierno estadounidense, concretamente el 23 de Agosto de 1853, en la ciudad de Bruselas. Las reuniones se llevaron a cabo con el fin de armonizar el sistema de observaciones meteorológicas a bordo de los buques, marcándose como meta el estudio de las ciencias de observación y la geografía física de la mar, ya que los propios cuadernos registrados en sus capitanías permitían la redacción de cartas y trabajos que mejoraran la navegación y la observación.

El director del Observatorio de Bruselas, Adolphe Quételet, como presidente de la Conferencia,


Matthew Fontaine Maury


 reunió bajo el mismo techo abovedado a representantes de Inglaterra, Francia, Rusia, Suecia, Noruega, Holanda, Dinamarca, Bélgica, Portugal y Estados Unidos de América*2. Tras varios días de discusiones, el 7 de Septiembre se firma el acta de establecimiento del sistema de observaciones que debía seguir todo buque de bandera de las naciones partícipes, así como los de aquellas que se adhirieran al instrumento en los meses y años posteriores, como es el caso de España.

El amplio número de observadores repartidos por todo el planeta, compartiendo sus cuadernos de bitácora y los datos básicos y comunes*3, tanto desde la cubierta de sus navíos como desde estaciones fijas, nutrían a Londres con apuntes diarios despachados vía telégrafo eléctrico. Desde la urbe inglesa, tras el pertinente registro, se procedía a distribuir cualquier noticia por igual vía en el corto plazo de dos horas, permitiéndose así un sistema de alerta meteorológica compartido e inmediato.

Desgraciadamente, la muerte de Robert Fitzroy, comandante de la Beagle, y la decrepitud de un sexagenario Matthew Fontaine Maury, El Guía de los Mares*4, agostado por las muertes de sus hijos en la guerra de secesión estadounidense y la enfermedad, impidieron un mayor desarrollo y sostenibilidad del sistema, que se fue abandonando por falta de interés del Real Observatorio de Londres, que no veía en el mismo una base científica fiable.

En España, las noticias se dirigían y registraban vía París, pero la prácticamente nula existencia de semáforos en puntos avanzados peninsulares impidió una comunicación fluida, aunque "La Marina española" resalta que los buques de guerra patrios, salvo excepciones, conservaban sus cuadernos de bitácora para el fin científico original de la Conferencia de Bruselas. Gracias a este particular interés por parte de los marinos españoles, se registraron varios intentos de introducir novedades al modelo, de acuerdo con los descubrimientos en navegación y astronomía. Sin embargo, aún estábamos necesitados de un esfuerzo oficial e institucional para la publicación de los extractos y observaciones para Inteligencia científica general.


1* En la actualidad hay una concreta regulación acerca del contenido y continente de un cuaderno de bitácora que han de llevar los diferentes navíos a partir de un determinado arqueo. En España, la Orden de 6 de Marzo de 1989, sobre diario de navegación, cuaderno de bitácora y cuaderno de máquinas, publicado en el BOE de 16 de Marzo, establece que los modelos de diario de navegación y cuaderno de bitácora se mantienen conforme la Orden de 23 de Octubre de 1968. La disposición de finales de la década de 1980 se remite a unos anexos en los que se nos muestra la forma de los cuadernos, así como las anotaciones náuticas y de interés, observaciones meteorológicas que se han de hacer constar y otras tantas. De esta guisa se describen los apuntes de rumbos, corredera, sonda, revoluciones, mediodía, simulacros, calados, agua dulce, etc., junto al estado general meteorológico: viento, nubes, mares, previsión y temperatura y otras tantas.

2* A continuación se relacionan los gobiernos partícipes y sus representantes en la Conferencia de Bruselas:
  • Bélgica, Lambert Adolphe Jacques Quételet, directeur de l'Observatoire real. secrétaire perpétuel de l'Académie Royale des Sciences, des lettres et des beaux-arts de Belgique, y Victor Lahure, capitaine de vaisseau, directeur général;
  • Dinamarca, P. Rothe, director de la estación de cartas marinas;
  • Francia, por A. De La Marche, Ingénieur hydrographe de la Marine impériale ;
  • Gran Bretaña, Frederick William Beechey, capitán de la Marina Real. FRS, etc., miembro del Departamento Naval o de la Junta de Comercio, y Henry James, capitán de ingenieros reales. FRS, MRIA, FGS, etc.;
  • Países Bajos, Marin Henri Jansen, teniente;
  • Noruega, Nils Ihlen, teniente;
  • Portugal, J. de Mattos Correa, teniente de navío;
  • Rusia, por Alexis Gorkovenko, teniente de navío;
  • Suecia, Carl Anton Pettersson, teniente de navío;
  • Estados Unidos, Matthew Fontaine Maury, teniente de la Marina de los Estados;
3*A continuación, las columnas aprobadas en la Conferencia y que debían constar y rellenarse en los cuadernos de bitácora, con resumen de los debates:
  • Columna no.1 - FECHA. - Después de un breve debate, de si el día comienza al mediodía o a medianoche, se decide que esta cuestión se remitirá a un comité y que, al mismo tiempo, será el encargado de la exploración de varias otras cuestiones.- La columna es aprobada.
  • Columna n ° 2. - LA HORA. - Aprobado.
  • Columna n ° 3. - LA LATITUD. El capitán Beechey propone que debería haber dos columnas para este propósito: una para la latitud observada y otra para la navegación a estima. Se adoptó esta propuesta.
  • Columna n ° 4. - LA LONGITUD. - La misma propuesta de capitán Beechey, y la misma decisión. Una columna se añadió bajo el n ° 4.
  • Columna. n ° 5. - CORRIENTES. - Después de un breve debate se consideraron necesarias dos columnas para este objeto: una para la dirección de la corriente y otra para la velocidad. A la columna se añadió bajo N ° 5.
  • Columna n ° 6. - VARIACIÓN MAGNÉTICA OBSERVADA. - Aprobado.
  • Columna n ° 7. – MEDIOS DE OBSERVACIÓN DE LA VARIACIÓN MAGNÉTICA. - Después de un largo debate en el que participaron Beechey, Delamarche, Jansen, Ihlen, y Correa, la columna fue suprimida ya que podría provocar errores.
  • Columna n ° 8. - FORMA Y DIRECCIÓN DE LAS NUBES. – El Sr. Delamarche es de la opinión de que esta cuestión es puramente científica y que podría prescindirse de la columna.Varios miembros de la reunión, la mayoría, difieren de la opinión del Sr. Delamarche por la razón de que la dirección de las corrientes superiores podría conducir a un conocimiento de las corrientes más bajas. - Se adoptó la columna.
  • Columna n ° 9. - PARTE DEL CIELO que no quede oculta. - El capitán Beechey propuso que se utilice la expresión parte del cielo cubierto.- Se adoptó la columna.
  • Columna n ° 10. - CANTIDAD DE LLUVIA. – El Sr. Delamarche propuso que se insertaran las observaciones sobre la lluvia en su columna o en Comentarios, ya que es muy difícil a bordo del buque determinar correctamente la cantidad de lluvia que cae; esta opinión fue compartida por otros miembros, pero el capitán Beechey pensó en una columna que debería dedicarse a Lluvia y que la indicación de la hora podría ser sustituida por el título Cantidades resultantes. - Se adoptó la columna.
  • Columnas n ° 11 y 12. - LOS VIENTOS (dirección y fuerza). – El capitán Correa propuso la adición de dos columnas: una para la verdadera dirección del viento y otra para la dirección aparente. Al respecto, presentó a los miembros de la Conferencia un pequeño trabajo de su puño y letra. Aprobadas dos columnas.
  • Columna n ° 13. - BARÓMETRO. - El capitán Beechey propuso que una columna habría de añadirse para el termómetro junto al barómetro.El Sr. Delamarche exigió además una tercera columna para la temperatura por debajo de cero. La primera proposición fue aprobada por unanimidad, mientras que a la del señor Delamarche se opusieron varios miembros. 
  • Columna n ° 14. - TERMÓMETRO PARA EL AIRE. - En la proposición del capitán Beechey el término de termómetro con el bulbo seco es sustituido. - La columna se aprobó por unanimidad.
  • Columna n ° 15. - termómetro con bulbo húmedo. - El Sr. Delamarche se opuso a la introducción de esta columna ya que él creía que era imposible obtener resultados satisfactorios con este instrumento a bordo de los buques. La columna fue sometida a votación y aprobada por nueve votos contra dos Delamarche y Gorkovenko).
  • Columna n ° 16, 17 y 18. - TEMPERATURA DE AGUA EN SUPERFICIE Y A CIERTAS PROFUNDIDADES. DENSIDAD. - El capitán Beechey solicitó que estas tres columnas puedan ser sustituidas por otras cuatro que comprenden: primero la temperatura del agua; segundo su densidad en la superficie; tercero la temperatura; y, cuarto de la densidad a ciertas profundidades.
4* Estudioso de la astronomía y de la mar, era el llamado a ser el presidente de la Conferencia, pero la declinó cortésmente, siendo entonces elegido Quételet. Ya propuso un sistema similar y anterior por el que observadores distribuidos a lo largo del río Mississippi, provistos de equipos de telegrafía, informaban puntualmente del estado del mismo allá donde sus estaciones se ubicaran, dando completa y actualizada información meteorológica y demás datos a los capitanes de los vapores y a quien la solicitase.

Dicha idea principal y los elaborados trabajos de Maury fueron el germen de esta primera Conferencia de 1853, aunque, para ser exactos, desde 1816 los EEUU ya contaban con un sistema de observación y en Inglaterra se contaba con diecinueve estaciones con idénticas funciones.


1 comentario:

Miguel Aceytuno dijo...

Interesante, pardiez!!!!!!!!!!